"Nadie se siente realmente responsable de la situación dada la división de competencias". La frase corresponde Olivier De Schutter, relator especial de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos al ser consultado sobre la situación que se vive en Cañada Real. En el barrio de la periferia de Madrid, se encuentra uno de los asentamientos chabolistas más grandes de España y que hace más de tres meses no cuentan con suministro eléctrico en varias de sus secciones. Lo más lamentable es que tuvo que caer la nevada más fuerte de las últimas décadas para poner en evidencia la falta de políticas públicas y sociales en más de 40 años.
Sacándole el jugo hasta la pulpa, los telediarios aprovecharon la inesperada nevada del mes pasado en el centro de España para inundar los medios con otro tema distinto al Covid. Entre las noticias, una de ellas fue la situación prácticamente de abandono que vive el barrio de Cañada Real por la falta de suministro de luz. Allí viven 8.000 personas y la mitad no tiene acceso a una ducha caliente o calefacción, mientras las temperaturas llegaron hasta -2ºC. ¿Qué sucede? La empresa proveedora de energía Naturgy decidió interrumpir el servicio por “conexiones irregulares” en varias parcelas, el gobierno quiere que las familias se trasladen a los albergues improvisados pero los habitantes no quieren dejar sus casas por miedo a perder su vivienda.
En el barrio carenciado viven cerca de 1.800 niños en condiciones de pobreza agravadas por la emergencia climática, mientras las autoridades se pasan la bola y nadie se quiere hacer cargo de la problemática. Pero esto no es nuevo, el asentamiento de Cañada Real comenzó en la década del ’70 en las laderas de las autovías que conectan el centro de Madrid con los municipios colindantes. Lo que comenzó como algunas casas para almacenaje de maquinaria agrícola y trashumancia estatales, se transformó en asentamientos de emergencia para muchas familias de bajos recursos. Entre ellas, se encuentra la comunidad de gitanos que se ubican en el sector 6, uno de los más poblados y de menos recursos. Esta situación os suena ¿verdad? Se asemeja la historia de los gitanos de Triana que denunciamos en nuestro anterior post.
Frente a la falta de soluciones inmediatas por parte del Estado, desde Guasinei nos pusimos en contacto con la Asociación La Tribu de Vallecas y con el grupo Juventud Cañada para saber las necesidades de los habitantes de Cañada Real.
Su respuesta fue clara: “Ahora mismo lo que más necesitamos es ropa de abrigo, en especial para niños pequeños”. Es por eso que, gracias a las donaciones de la guasipeople, organizamos una colecta de ropa exprés, a través de Instagram. y en menos de 24 horas enviamos los abrigos hacia Cañada Real para colaborar.
¿Recuerdan al señor de la ONU que mencionamos al principio? Pues en una entrevista para un medio de Madrid dejó en claro lo “escandaloso que es esta situación” para la ONU y que hace más de un mes que el organismo internacional está esperando una respuesta del Gobierno de Madrid.
Desde Guasinei seguiremos denunciando esta situación de injusticia y abandono a un colectivo desfavorecido. Para todos aquellos que quieran colaborar con los habitantes de Cañada Real, se puede poner en contacto con Asociación La Tribu, la organización vecinal que surgió durante el confinamiento para ayudar a todos los vecinos que necesitan cualquier tipo de ayuda y que colabora con Juventud Cañada para la recepción de donaciones.
Muy enamorados de su proyecto, amor eterno para La Tribu y su gente.
Millones de gracias a la Guasipeople por los abrigos donados.
¡Sois los mejores!
Desde Triana, Sevilla, nuestro granito de arena al mundo.
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(Foto portada El País)