Se harán las 12h, muchos levantarán las copas y celebrarán pasar este 2020 convulso con la esperanza de barajar y repartir de nuevo para lo que viene. Las navidades llevan un poco ese espíritu, a pesar de todas las contrariedades, se respira un ambiente festivo, cómo nos gusta ver el arbolito cargadito de regalos.
En ese aspecto sentimos la necesidad de compartir reflexiones y recomendaciones para las compras de estas fiestas, en especial con las circunstancias actuales. Aquí les damos los trucos para sacar el mayor provecho en las compras y porqué es importante y preferible ir al comercio del barrio.
La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía instó a los ciudadanos a realizar las compras navideñas en el comercio local. Comunicado que por supuesto apoyamos pero que consideramos una medida cortita para la importancia del asunto. Vamos por partes.
Ya hemos referido en nuestro anterior post las dificultades y pérdidas de los comerciantes por las restricciones del Covid. Destacamos la importancia de comprar en las tiendas locales para sustentar una economía local y circular. ¿Cómo funciona? Simple, supongamos que decides comprarte una sudadera en Guasinei (¡Yeah!) y no de una marca low cost. Parte de lo invertido en esa prenda vuelve a los comercios de cercanía de los cuales Guasinei se nutre para la elaboración de nuestros productos. Por ejemplo, una parte irá a la copistería de Dani, otra parte a la mercería de Antonio en Triana, etc. De esta manera estás ayudando a distintos comerciantes de Sevilla que apuestan por el comercio local. También se reduce considerablemente la huella de carbono al disminuir el gasto en transporte, tanto de las mercancías como en los desplazamientos de los propios consumidores.
Pero un consumo responsable comienza con la planificación: comprar lo que realmente se necesita. Es mejor hacer una lista previa, realizar un consumo ético y no de último momento e improvisado, porque las prisas nos llevan a los números rojos en el presupuesto.
OFERTA INCREIBLE, pague 3 y lleve 2.
El “black Friday” de hace algunas semanas volvió a dejar algunos trapitos al sol de esa exacerbación de consumo generalizado en pocos días. El famoso viernes negro surgió en los ‘60 en los EEUU, cuna del capitalismo neoliberal, y en poco tiempo se transformó en el ensalzamiento del consumo compulsivo. Es sabida la práctica de muchas empresas de retocar los precios unas semanas antes para luego ofrecerte supuestas “Ofertas increíbles” a bombo y platillo. Pero esa fiebre de consumo lleva en muchos casos a compras innecesarias con el impacto ambiental que se deriva del transporte de los productos. Imagínate la emisión de dióxido de carbono en un par de días para saciar esa maquinaria de consumo masivo, sin mencionar los desperdicios que se generan.
Réveillez-vous!
Anne Hidalgo, alcaldesa de París, pidió a principios de noviembre a los parisinos que hicieran sus compras navideñas en los comercios y librerías locales. Desde ese momento comenzó a circular un manifiesto con el nombre de “Una Navidad sin Amazon”. El boicot al gigante estadounidense tuvo enorme aceptación en una ciudad recelosa de su identidad. En España la propuesta tuvo rebote, pero en bastante menor medida: solo Barcelona imitó el boicot de la capital francesa impulsada por la patronal catalana de la pequeña y mediana empresa (PIMEC).
Según un artículo de El País, las GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) en 2017 pagaron un 8% menos de impuestos que el año anterior a pesar de haber facturado más. Las filiales en España declararon ese año ganancias por 36 millones de euros. Parece poco, ¿verdad? Aquí viene la trampa: al ser empresas basadas en una economía digital, se aprovechan de los grises legales de cada país. Al ser multinacionales ¿Donde se tributa el impuesto, en el país de origen o su sede?, ¿A qué producto se le aplica el IVA y cómo, dónde se diseña, dónde se fabrica o dónde se vende? Estas empresas instalan sus sedes en los países europeos con tasas fiscales más laxas, como Irlanda, Países Bajos o Luxemburgo.
Por lo tanto, los impuestos que pagan en España no se corresponden con las ganancias que se llevan. Eso genera una competencia desigual para con los comerciantes locales que deben cumplir con el fisco rigurosamente. Pero esto no es nuevo, sino que se ha exacerbado con la pandemia, en época de vacas flacas los dueños de las GAFAM encabezan la lista de los mayores millonarios del mundo, es el ABC de la economía: la acumulación de riqueza aumenta la pobreza. Es como una gran ola que arrasa todo a tu paso y de los restos sobrevivimos los que quedamos. Pero el timón lo tiene la comunidad y hay tiempo de virar antes de chocar contra el iceberg. Desde Guasinei apelamos a la responsabilidad del consumidor, apuesten por el comercio de barrio, las cartas están sobre la mesa.